Voluntarios nacionales e internacionales testifican en el Centro de Medios
Siete voluntarios que trabajan en en el Centro de Medios de comunicación, ubicado en el Pabellón Carlos Lopes, junto al Parque Eduardo VII, compartieron la fe que los impulsa. Los testimonios de estos voluntarios, que representaron a más de 24 mil personas provenientes de 140 países, tuvieron lugar durante la segunda conferencia de prensa del día que anticipa el comienzo del mayor encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa.
Procedente de Brasil, Micael de Almeida forma parte del equipo especial encargado de la logística de salud para obispos y personas con discapacidad. En su país, lidera diversos proyectos de voluntariado, como la rehabilitación de personas con discapacidad, y recientemente perdió a su hermano, una persona con discapacidad. Junto a su familia, siempre luchó por la accesibilidad y busca llevar el legado de su hermano a todos. Si está aquí hoy, "es porque algunos de los miles de voluntarios dieron su vida para que estuviera aquí", aseguró. En la JMJ Lisboa 2023, busca hacer lo mismo: compartir la fe con aquellos que están lejos de ella.
A su lado se encontraba Miriam Asham, de Egipto. Estudia para ser médica y fue a través de una amiga, que le habló de la increíble experiencia que vivió en la Jornada, que descubrió su camino hasta la JMJ Lisboa 2023. Quería profundizar su relación personal con Dios y vino a la capital portuguesa para conocer personas con la misma fe y el mismo "deseo de vivir con el amor de Dios". "Gracias por recibirme como parte de este evento tan hermoso", concluyó.
A continuación, se presentó Luís Pina, proveniente de Venezuela. "Hoy no es fácil para un católico llevar su fe", comenzó diciendo. Vino a la edición portuguesa de la Jornada Mundial de la Juventud porque sentía la necesidad de encontrarse con Cristo joven y vivo. "Quiero aprender y estoy aquí para servir", aseguró.
Saad Khoram, iraní, es ingeniero químico. Comenzó como peregrino en la jornada de Río y en Cracovia, continuó como voluntario -para servir y formar parte de los diversos eventos- en Panamá y, hoy, también en Portugal. Fue difícil obtener la visa debido a la situación de su país natal, pero no renunció a venir. El voluntario ve la JMJ no solo como una oportunidad "para compartir nuestra fe y comprender la de los demás", sino también para profundizarla y enriquecer el intercambio cultural. "El mundo nos está robando tiempo: estamos teniendo dificultades para obtener lo que necesitamos en la vida. Espero que la JMJ fortalezca nuestra fe y nos acerque a Jesús", expresó.
Desde Portugal, Carolina Durães, estudiante universitaria y novata en la Jornada Mundial de la Juventud como voluntaria, nos habló: "Este evento está hecho para jóvenes y por jóvenes, nosotros somos la voz del cambio. ¿Quién mejor para cambiar el mundo que los jóvenes?" Considera que esta es "una gran oportunidad para crecer juntos".
Agnès Flora Gomes, de Bangladesh, compartió la alegría de estar en Portugal como voluntaria en la próxima Jornada Mundial de la Juventud. En su país natal, "solo el 2% son católicos". En pocas palabras, aseguró que vino a Lisboa "para llevar esta fe".