El Papa visita el Santuario de Fátima este sábado 5 de agosto por la mañana. Eran casi las 8.40 de la mañana cuando el helicóptero que lo transportaba aterrizó cerca del Santuario. "Es importante que la Iglesia no tenga puertas, para que todos puedan entrar", dice Francisco, tras el rezo del Rosario. 

Francisco no ha querido utilizar la cápsula de seguridad, el cristal que suele cubrir al Papamóvil, para estar más cerca de la gente y así es como se presenta al pueblo. De camino al Santuario, le sigue a su lado Mons. José Ornelas, obispo de Leiria y Fátima. Pasará dos horas en este lugar con los peregrinos, jóvenes enfermos, discapacitados y prisioneros que no pudieron ir a Lisboa, en su mayoría, reforzando la idea de que "la Iglesia es para todos". 

De camino a la Capilla de las Apariciones, Francisco bendice a unos niños que le ponen en brazos, igual que hizo en Lisboa, ofreciéndoles rosarios que había traído consigo. Al llegar a su destino, se escuchan gritos alegres: "Viva el Papa". 

Con un ramo de flores en el regazo, entra finalmente en la Capilla de las Apariciones y se dirige a la imagen de Nuestra Señora de Fátima, a quien se lo entrega. Los ojos de Francisco se cierran para permitir un momento de silencio, de entrega a la Virgen Madre. A continuación, se reza el rosario, en el que los jóvenes participan en las distintas lenguas, y Francisco toma la palabra, refiriéndose al ejemplo de María. "La Virgen, que siempre va sin demora y acompaña, nunca es protagonista, siempre sigue a Jesús", dice, haciendo reflexionar a cada uno de los presentes. 

Este es el cuarto día de Francisco en Portugal, como parte de su visita para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023.